martes, 25 de febrero de 2014

Rueda de la vida... Estoy chavo y me creo inmortal.

Me equivoco: “soy humano”. ¿Se han fijado que le proporcionamos a nuestra naturaleza humana muchos de nuestros graves o tontos pero continuos errores? Cargamos el “soy humano” como una credencial que nos permite dirigirnos a las más bajas o distorsionadas pasiones, gustos y hábitos mutantes como algo permitido y aceptable en nosotros mismos, y que, por ende, el pobre prójimo tiene que soportar, yya no soportar, sino aceptar de buena gana, ya que de otra manera nos sentimos ofendidos de su poca tolerancia y sentido de empatía. ¿Es realmente humano lo que hacemos? ¿Sabemos realmente lo que significa ser un humano? Falta una buena educación. Educamos solo a nuestra personalidad, mas falsa que un político, y nos adueñamos de conceptos que establecen lo que está mal y bien (ósea lo que nos conviene o no nos conviene), buscando llenar nuestra vanidad y también falsa inteligencia, ya que deseamos una cosa, necesitamos otra, y hacemos otra totalmente diferente. Parecemos edificios que se quieren remodelar a sí mismos, que no buscan equilibrio con los otros seres, sino que buscan a ver quién tiene más pisos, quien mas o mejores muebles, más sencillos, más elegantes, en donde están ubicados, etc, etc… Esto lo podríamos comparar con especies que buscan ser el alfa para seguir con la vida, pero ni siquiera es así, sino que es un triste remedo, porque, suponiendo que el edificio ya probó a los otros edificios que él es el más atractivo y equipado, cuando se queda solo, no contiene su llanto interno, sus quejas sobre sí mismo y jamás para su insatisfacción.

Si no nos conviene, no nos da gusto el bien ajeno: nos causa celos y envidia. ¿Humanos? El razonamiento nos da para saber ciertas cosas (mínimas pero importantes) sobre nuestro comportamiento y lo que es propio a la vida equilibrada, pero lo usamos en mayoría de mala manera. El razonamiento o la capacidad mental, no sé cómo llamarle, está ocupada en hacerse cuentos e historias sobre nosotros mismos, locuras o chaquetas mentales que no dejan escuchar lo que tal vez “el verdadero ser humano” tiene que decir. Para nada, nuestra mente está ocupada en pendejadas “más importantes”, dinero, prestigio, apegos (llamamos amor a esta estupidez), acumulación, placer inmediato, no estar incomodo… No dormimos cuando tenemos que dormir, ¿porque lo haríamos si la mayoría no lo hace? Seriamos unos aburridos, no? No comemos cuando tenemos hambre (no hay tiempo o estoy a dieta) y no paramos de comer cuando ya no hay que meterle más. ¿Por qué dejaríamos de comer aunque estemos satisfechos ya, si la comida esta con madre?. No vamos al baño cuando hay que ir. Hay personas que se hacen cuentos en la cabeza y no van a cierto baño, por ciertas ideas erróneas que ellas defienden muy bien, y que por ende las hacen esperar hasta llegar a su lugar seguro a sentarse y hacer todo el ritual de esta memorable hazaña. No sabemos mucho sobre la verdadera sexualidad: no nos enseñan desde niños lo que conforma nuestro cuerpo y lo que podemos hacer con él, la forma de socializar responsablemente con nuestro sexo. Reprimimos o buscamos placer inmediato.

El llamado “ser humano” se ha dedicado a las más terribles formas de depravación solo por el hecho de estar aburrido (combinado a nuestra gran ignorancia).Estamos acostumbrados a deshumanizar a ciertos chivos expiatorios: asesinos, violadores, ladrones, personas con problemas mentales, y depositamos toda nuestra suciedad en ellos para no voltear a ver qué tan deshumanizados estamos. Podemos estar viendo la tele, rayándosela al presidente y criticándolo, al mismo tiempo de estar atragantándonos con comida, o en 2 segundos mentir sobre cualquier tontería. Para mi gusto, un Ser Humano, un Humano en toda la expresión de la palabra, estaría actuando acorde a sus capacidades y a sus limitaciones con Natural armonía, sin pensarle, sin pelársela mucho. Estaría atento a las circunstancias, se haría las preguntas correctas respecto a su entorno y por ende, algo lo llevaría a actuar responsablemente hacia este. La generosidad y la estimación hacia los otros seres nacería de forma fluida y de manera irremediable, y no como una falsa cualidad que nos sirve para atraer a otro al cochinero.

Todo esto, no lo digo en forma pesimista… pero si preguntándome de nuevo: ¿Cómo es digno pararme frente a otro ser? ¿Cómo es realmente digno verlo a los ojos? Mostrarle mis respetos. ¿Cómo es ser sincero con uno mismo?. Todas las religiones y filosofías llegan a una conclusión entre sus llamadas enseñanzas: Conócete a ti mismo. ¿Tenemos ganas de eso? ¿O queremos seguir soñando?

No hay comentarios:

Publicar un comentario