Mi mundo está regado de tus pequeñas muchachitas.
Tienes la fama de traer a las mujeres de ojos grandes y largos cabellos. Tú provees. Mirada tierna, rostros rechonchos, vidas perturbadas. Piensas -y piensan- que son únicas, pero son más de lo mismo.
Quienes aún no encuentran, esperan con ansiedad que te aparezcas con ellas.
Y las reciben, y las toman.
Y las reciben, y las toman.
Me divierto pensando que las reconozco a todas, y ellas no saben quién soy.
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