Las noches son cápsulas
donde no caben mi nombre,
ni tus labios, ni tus manos
nada de aquello que es un lazo
de terciopelo
donde se han prendado mis válvulas,
y en la ausencia de una mirada
me construyo un bosque de palabras
que has lanzado al fuego
como brasas que nacen
en tu garganta
rozando nuestras rodillas
flotamos en el vagón de este viaje
acunándonos la cabeza uno a otro
como capullos de sueños rojizos granate
y el camino se extiende
más allá de lo que jamás nunca
imaginamos decirnos,
poco a poco nos hacemos sombra
de otro deseo
siempre en la espera
de que la mañana llegue
a nuestros brazos..................para mi acompañante en el vagón Ernesto Aguilar López, celebrando un año más de su vida, que sea un viaje largo, largo...........
Ana Jaimes
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