viernes, 5 de diciembre de 2014

Hay más herramientas para lo bueno, que para el sufrir

1. Paciencia: Aceptación del problema. Comprensión de que en la vida siempre existirán los problemas, y que una de las mejores inversiones que podemos hacer es aprender a resolverlos, así como distinguir entre los que son posibles o imposibles de resolver para nosotros EN DETERMINADO MOMENTO. Darnos cuenta que la mayoría de nuestros problemas son creados por nosotros y formar la responsabilidad interna de afrontarlos. Es también mantener una actitud ecuánime al afrontarlos, no identificándonos tanto con el problema y no dejándonos llevar por las emociones negativas que acarreamos. Generalmente las personas entienden mal la paciencia, confundiéndole con pasividad y espera. Esto no es real, la paciencia es el estado mental más efectivo para realizar eficientemente cualquier tarea y afrontar cualquier problemática.
2. Amor: Mantener un estado mental en donde nos damos cuenta que lo mejor es desear la felicidad de los demás. Amor es desear que el otro esté bien. No es poseer a otro, no es depender de otro, no es cortejar. El deseo profundo de que los demás estén bien, contribuye a nuestra felicidad de manera directa.
3. Generosidad: Practicar el desapego a las cosas. Practica directa a la ayuda hacia los demás. La generosidad se forma desde la intención y la motivación de la persona, no puede llamarse generoso a alguien que da ayuda para que lo vean y lo consideren bueno, tampoco a quien da algo para liberarse de algún mal, o quien realiza la práctica de dar, con una mala intención o ignorancia, por ejemplo, dar drogas a un adicto. La generosidad trasciende en el individuo cuando da con la intención de contribuir a la felicidad del que recibe. Puede ser en ayuda material, dar empatía, oraciones, ayuda con nuestro cuerpo, etc.
4. La Recta Palabra: Abstenerse de emplear formas de lenguaje erróneas y perniciosas, de hablar negligentemente, de mentir, difamar, calumniar o dañar a otros, y cultivar las palabras amistosas, benévolas, agradables, dulces, significativas y útiles.
5. La Recta Acción: Cultivar una conducta moral honorable y pacífica
6. Recta Atención: Mirar las cosas como son, sin prejuicios, estrechas miras o limitadores puntos de vista, interpretaciones personalistas o distorsiones. Mirar en profundidad, penetrativamente, con ecuanimidad, desde la pureza de la mente. El entendimiento recto es lucidez, visión esclarecedora. Nos es impedido por las contaminaciones de la mente, la densidad del ego, la avidez y la aversión, la ausencia de ecuanimidad.
7. Pensamiento Recto: El pensamiento puede ponerse al servicio de lo constructivo o de la destrucción. El pensamiento tiende a convertirse en palabra y acto. Así el pensamiento tiene una gran capacidad condicionante de las actitudes y comportamientos y conductas. Recto pensar es establecer pensamientos de renuncia, buena voluntad, inocuidad y afecto.
8. Esfuerzo: Valorar nuestra existencia y no perder tiempo en situaciones nocivas para uno mismo y los demás, el esfuerzo es la práctica de las virtudes, por lo tanto no es algo que se sufre, es un deleite en la práctica de la virtud. Llamado también determinación.
9. Compasión: Compasión no es lástima. Compasión es la comprensión de que todos los seres sufren, y quieren ser felices, por lo tanto, es un deseo profundo de ayudarlos y ayudarnos a nosotros mismos de salir de este estado, motivando en los seres la comprensión mutua. Es dedicación con pasión en el desarrollo del ser humano.
10. Ecuanimidad: Llegar a hacer frente a las situaciones que sabemos que no podemos cambiar. Vence a la preocupación y distracción inútiles por las cosas que no nos conciernen y no podemos alterar. Se refleja en nuestra vida en la capacidad de afrontar las situaciones difíciles con tranquilidad y sin perturbación de la mente. La ventaja que ofrece es que la vida se hace más simple al desvincularla de las actividades inútiles.
Etc, etc, etc...

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