martes, 3 de enero de 2012

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REVOLUCIÓN.

En su propio día le creen.

Éxito supremo fomentado con perseverancia.


El remordimiento desaparece.

Las revoluciones políticas son materias extremadamente graves. Deben ser emprendidas solamente bajo tensión en la necesidad más calamitosa, cuando no hay otra salida. No cualquiera es llamado a esta tarea, pero solamente el hombre que tiene la confianza de la gente, la iguala solamente cuando el tiempo está maduro. Él debe entonces proceder de la forma correcta, de modo que a la gente, aclarándola, prevenga excesos. Además, él debe estar absolutamente libre de objetivos egoístas y debe realmente revelar la necesidad de la gente. Entonces no tiene nada de que lamentarse.

Los tiempos cambian, y con ellos sus demandas. Así las estaciones cambian en el curso del año. En el ciclo del mundo también hay vejez y otoño en la vida de la gente y las naciones, y éstos llaman a las transformaciones sociales.

En su propio día será creído y el cambio radical no sería creído hasta que no comience. Para ser medios creídos también de adquirir la ayuda externa. Si la revolución no se cree, el tiempo no es maduro durante él.



49, 28.

I Ching

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