martes, 13 de enero de 2015

Unión

Una de las más profundas enseñanzas del esoterismo trata acerca de la unión de los dos aspectos del hombre. En la enseñanza esotérica griega, ejemplarizada por Sócrates, se ve cómo esta idea corre a través de toda la exposición de que el hombre es un producto no acabado y que lleva en sí mismo posibilidades para lograr un estado superior. A estos dos aspectos Platón les llama Conocimiento y Ser. En La República dice: "El verdadero amante del conocimiento siempre está luchando por ser". Y también: "Cuando ella (el alma) descansa sobre aquello en que brillan la verdad y el conocimiento, y comprende y sabe que tiene razón... Esto, entonces, que da verdad a aquellas cosas sabidas y el poder de distinguir al conocedor, es lo que quisiera que vosotros llamaseis la idea del Bien... Del Bien puede decirse que no solamente es el autor del conocimiento de todo lo sabido, sino asimismo de su ser y de su esencia". A fin de poder saber como es debido, es preciso que el hombre sea. La educación para poder ser y la educación del conocimiento fueron el tema principal de sus últimos libros.
El problema que mantuvo continuamente ocupado a Platón fue el de cómo educar correctamente a las personas, cómo impartirles el saber necesario y cuándo dárselo. Platón siempre vio como uno de los mayores peligros el proporcionar a tipos inferiores de gente un conocimiento que lo utilizaría mal. Para él, uno de los peores crímenes era el impartir conocimiento de cualquier especie a todos. Advirtió muy claramente la necesidad de un conjunto de disciplinas en cuanto al carácter del individuo y a su ser, antes de poder considerarlo apto para recibir conocimiento. Lo que es más, llegó a la conclusión de que cualquiera que quisiese obtener los grandes conocimientos debía someterse a todos los ejercicios y disciplinas de la vida hasta haber alcanzado una edad ya no joven. En las escuelas esotéricas de las que aún podemos advertir algunas huellas en la literatura antigua, los candidatos debían pasar por diversas y muy severas disciplinas antes que se les permitiese el acceso a cualquier conocimiento esotérico. El candidato podía verse obligado a servir en las condiciones más bajas y humillantes durante varios años, verse sometido a insultos que no eran más que una prueba para medir el temple de su ser. Si lograba pasar estas pruebas con éxito, si conseguía desarrollar en sí mismo fuerza y paciencia, entonces se le daba algún conocimiento. Pero si el hombre se quebraba, si se compadecía a sí mismo, si se quejaba o demostraba ser débil, si mentía, si se comportaba con malicia, si sacaba ventajas de los otros, si se resentía, si se consideraba a sí mismo mejor que los demás, entonces no recibía ningún tipo de saber. Esto significa que su ser estaba sometido a prueba antes de poder recibir cualquier clase de verdadero conocimiento. Hoy en día la situación es muy distinta.
Cualquiera puede obtener conocimientos, sin discriminación de ninguna especie. Y hay cierta clase de literatura que llama la atención sobre este punto, entendiendo perfectamente la idea de que el desarrollo del ser es un factor primordial.

Para que el hombre pueda recibir un Conocimiento Superior, tiene que tener un Buen Ser. Así podrá hacer sal en sí mismo. Si consideramos el conocimiento como cloro y el ser como sodio, veremos que el hombre no tiene suficiente sodio en sí mismo como para combinarlo de un modo debido con el cloro que le llega desde afuera. No podrá tener sal. Porque entonces el cloro le envenenará. El poder del conocimiento es venenoso si está aislado y falto de la buena tierra que lo reciba. Acerca de esto es mucho lo que dicen los Evangelios. Puede, sencillamente, producir veneno para el mundo. En semejante caso, la adquisición de conocimiento sólo podrá dar los peores resultados. Pero el misterio es mucho más profundo.
La enseñanza esotérica en cuanto al conocimiento y al ser se refiere a la circunstancia de que aquél no se puede entender a menos que exista un correspondiente desarrollo del ser. Un hombre puede saber mucho y no comprender nada porque su ser no está en la misma altura que su conocimiento. Como consecuencia de ello, no puede producirse unión alguna, enlace alguno entre su saber y su ser. Hoy en día podemos observar que existe una extraordinaria cantidad de libros repletos de muchos conocimientos, pero carentes de toda comprensión. Vemos que se dan las explicaciones más bajas acerca de los hechos científicos. El hombre de poco ser y de mucho conocimiento sólo puede proporcionar material sin sentido y que no conduce a ninguna parte. Y no sólo esto; puede también complicarlo todo de tal modo que resulte imposible entender. Así tenemos que la ciencia actual lo complica todo y no conduce a ningún sitio. Hay muchos hombres de ciencia que continuamente escriben grandes ensayos que nadie entiende —ni los mismos hombres de ciencia—. La razón de esto estriba en que es imposible comprender el conocimiento porque el ser es algo que se ignora por completo. El esoterismo siempre ha comprendido con toda claridad las condiciones del conocimiento. Siempre ha entendido que el conocimiento deberá conducir a la comprensión y que ésta únicamente puede desarrollarse cuando se perfecciona al ser. Esta es la idea más profunda relativa a la psicología humana, porque es entonces cuando se produce una unión que lleva a una evolución interior. En esta boda, o unión, el significado del conocimiento se enlaza con el ser de la persona y le conduce hacia su progreso interior.

Maurice Nicoll
Bodas de Cana
El Nuevo Hombre

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