viernes, 25 de julio de 2014

EL PAVO REAL


Ha llegado el momento de describir al pavo real que se pavonea. Su único cuidado es el de captar la atención del prójimo sin conocer siquiera la razón de esta manera de obrar. Es como una trampa que ignora todo de la caza, pues no es más que un instrumento y no conoce la finalidad. ¡Qué cosa tan curiosa es una trampa! Funciona, pero no saca de ello provecho alguno.
¡Oh, hermano mío! Has reunido alrededor de ti a todos tus amigos. Has pasado buenos ratos con ellos; ¡después los has matado! Desde que estás en el mundo, no haces más que eso. Intentas atrapar a la gente con la trampa de la amistad. Pero nada obtendrás de los que te rodean. Gran parte de tu vida ha pasado ya. ¡La noche está cayendo y tú piensas aún en poner tus trampas!
Capturas un animal, liberas otro. Ese es el juego de un niño ignorante. Cuando llegue la noche, todas tus trampas estarán vacías. Todo esto no es más que un grillete, una traba que estorba tu marcha. ¡Caes en tu propia trampa y te privas de tus posibilidades! ¿Se ha sabido nunca de un cazador víctima de sus propias trampas?
La única caza interesante es el amor. Pero ¿cuál es la trampa que sirve para su captura? Más vale caer en las trampas del amor. Deja tus trampas y ve hacia las suyas.
En ese mismo instante, el amor me desliza al oído esta verdad: "¡Más vale ser la caza que el cazador!"


Rumi

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