El sino de un guerrero es inalterable. El desafío consiste en cuán
lejos puede uno llegar dentro de esos rígidos confines y qué tan
impecable puede uno ser.
Si hay obstáculos en el camino, el guerrero
intenta,impecablemente, superarlos. Si encuentra dolor y privaciones
insoportables en su sendero, el guerrero llora, sabiendo que todas sus
lágrimas puestas juntas no cambiarían un milímetro la línea de su sino".
Carlos Castañeda "El Don del Águila"
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