
No tuve reparo en observar
la lisa y sucia escama
que resbala de tu sexo ennegrecido,
que por costumbre de aquellos antepasados
me resopla en el vientre como una aguja..
me consumo y me vacío entre el tejido de una tarde
y avanzando a zancadas equinas
me destiendes tu aroma por todo el cuerpo,
mi resistencia es vaho en una pantalla
y tu lujuria la red de ventosas
en un acantilado
flotas en la costa, desvalido acorazado
y descansas perezoso en tu capricho
te sabes mi espora y caigo sin lamento
sólo aferrada a tu brazo
que libra la sal de un mar incandescente.....
Para Ernesto A.
Ana Jaimes
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